Seguro que muchos de vosotros me diréis que estoy completamente loco si os digo aquí que el email marketing sigue siendo una de las técnicas de marketing digital con mayor efectividad entre todas las opciones que tienes a tu disposición. ¿Pero eso cómo va a ser? ¡Si todo el mundo está cansado del spam! ¡Si la gente está dejando de usar el correo electrónico! ¡Si ya lo he probado 10 veces sin conseguir ningún resultado!
«Desde luego los chicos de Wanaleads se han terminado de volver locos» podrías pensar. Pero no hay nada más alejado de la realidad. Lo digo con la cabeza bien alta, el email marketing sigue muy vivo. Pero entonces, ¿por qué tenemos esa falsa sensación de que esto ya no funciona? Es fácil de entender si tenemos en cuenta la gran cantidad de personas que se han lanzado a probar el marketing online «a lo bruto», sin una estrategia adecuada a sus intenciones y sin tener ni idea de lo que estaban causando en las bandejas de entrada de todo el mundo.
El email marketing funciona, pero sólo si se hace bien. Como pasa con todo en esta vida. La mayoría de los emails publicitarios que recibimos en nuestra bandeja hasta agotarnos no están correctamente planificados, y cuando te recomiendo hacer marketing online no me refiero a este tipo de envíos. Si lo haces, hazlo bien, hazlo rentable.
A quién enviar
Seguro que has visto esos anuncios que te ofrecen bases de datos de 5 millones de emails de personas de tu país, de 500.000 empresas de tu ciudad… Mi consejo: ¡Olvídate de todo eso! Comprar listas de Emails no es una buena idea.
Comprar bases de datos para hacer email marketing, además de ser casi ilegal, no te da los resultados que esperas.
Lo primero que tienes que saber para que tu campaña de email marketing funciona es que necesitas:
- Que el receptor esté interesado en lo que le envías.
- Que sepa que lo está recibiendo porque él lo ha pedido.
- Que conozca tu marca previamente.
Algunas de estas condiciones pueden parecer redundantes, pero todas son necesarias y veo necesario especificarlo. Nadie quiere recibir publicidad de empresas que no conoce, al igual que no queremos llegar a casa y encontrarnos el buzón lleno de folletos de todas las tiendas de la ciudad. Sin embargo, sí nos gusta recibir cartas de familiares, una invitación de esa discoteca que tanto nos gusta, o información sobre la cuándo nuestro grupo musical favorito visitará la ciudad.
Sólo debemos enviar estas campañas a nuestra propia base de datos. A las personas que ya nos conocen, que ya nos han comprado o nos han consultado por algún producto o servicio de nuestra empresa, y por consiguiente tienen algún tipo de interés en lo que hacemos. Sólo con ellos tendremos oportunidad de realizar el difícil proceso de convertir un email en una venta.
Cómo enviar
El segundo error más común que me encuentro. Es emplear los medios habituales que usas a diario para mandar emails para realizar envíos masivos, con la malísima práctica de poner a todos tus amigos en copia. Existen diferentes opciones de aplicaciones y herramientas especializadas que te permiten tener un control total sobre lo que estás enviando.
A quiénes has mandado el correo, cuántos lo han abierto, durante cuánto tiempo han estado leyéndolo, cuántos y quiénes han hecho clic en algún enlace del correo… No hay color entre usar un método rudimentario y una herramienta competente para este fin. Nosotros, por cierto, de entre todas las que hay nos quedamos con Mailchimp.
Cuándo enviar
Más que cuándo enviar, la pregunta que debes hacerte es cada cuánto debes enviar una newsletter. Lo cierto es que tanto el cuándo como el cada cuánto ependerá del sector y de la audiencia que recibirá el email. En unos casos podrás enviar un email semanal, en otros mensual, y en algunos casos tal vez más extremos un email al año.
Más de un email a la semana hay pocos casos en los que sea una buena práctica y seguramente los usuarios lleguen a marcarte como spam. En cualquier caso, este punto debes controlarlo midiendo a conciencia las interacciones de la audiencia con los emails y controlando cuántos de ellos se dan de baja a cada envío que realizas.
Respecto a la hora, no existe una receta mágica que te garantice el éxito al enviarlo tal día a tal hora. Es un tema que dependerá en su totalidad de tu audiencia. Prueba distintos días de la semana y distintas franjas horarias, mide los resultados y ve afinando cuándo es mejor enviar tus newsletter.
Qué enviar
Decía al principio de este artículo que a nadie le gusta recibir publicidad de empresas que no conoce o encontrarnos el buzón lleno de folletos de todas las tiendas de la ciudad… Para evitar entrar en ese grupo de empresas la diferenciación más evidente es conseguir aportar valor al cliente y que éste no perciba un interés comercial constantemente. De hecho, Como ya vimos en su día en este artículo sobre el email marketing, de cada 10 correos que envíes, sólo uno debe ser completamente comercial.
Seguro que ahora te estás preguntando ¿Entonces… de qué hablo en estos correos? Es más fácil de lo que crees: Conoces a tus clientes, sabes sus gustos, sus inquietudes, su edad media, su género… Sólo tienes que reparar en cómo puedes aportarle valor y cambiar el típico mensaje del tipo «Cómprame» por un concepto más próximo al «Mira lo que se puede hacer con esto que yo vendo».
Por ejemplo, si en tu caso vendes herramientas y material de construcción, seguro que es una buena idea crear tutoriales a modo de cómo puedes hacer esto, o de qué manera puedes utilizar esto otro. Estarás aportando valor e ideas a tus clientes, a la vez que estás vendiéndole tus productos porque son necesarios para hacer lo que muestras… sin que el cliente lo perciba directamente.
Hazlo, pero hazlo bien
Si te centras en seguir estos consejos y no saturas las bandejas de entradas de tus clientes con mensajes puramente comerciales, estoy seguro de que conseguirás multiplicar las conversiones a través del email marketing y mejorará la impresión que tenías de este tipo de prácticas.
Empezaba el artículo diciendo que el email marketing sigue siendo una de las técnicas de marketing digital con mayor efectividad entre todas las opciones que tienes a tu disposición… Y lo mantengo. No se trata de hacer las cosas por el simple hecho de hacerlas, sino de hacer las cosas bien.